La primera decisión, es que cada uno de los programas se organice autónomamente. De modo que se decide re-usar enteramente el edificio del mercado para la CAF, enterrar los cines, tres cajas ciegas que no necesitan contacto con el exterior, bajo la plaza Golda Meir, manteniendo su actual extensión sin disminuir el espacio público existente, y colocar Fun Fun sobre ellos, abierto a la plaza, activándola.

Segunda decisión, para re-usar el edificio del mercado y poder incorporar las 355 plazas de estacionamiento soterradas respecto al nivel de la plaza, se desciende entre 1 metro y 60 centímetros el nivel inferior del mercado, que permite incorporar un nuevo entrepiso duplicando la superficie.

Tercera decisión, en el re-uso del edificio del mercado operar desde el potencial diagramático de la grilla, a la manera de algunos escultores, por substracciones y adiciones.

Una primera substracción longitudinal, que organiza el acceso y el espacio público interior de la CAF comunicando visualmente la plaza Golda Meir con el horizonte del rio.

Una segunda substracción al centro, que genera un patio de esculturas, un pulmón verde que hace de respiro interior. Y finalmente, una adición, un prisma simplemente apoyado, a la maneras de Carl André, que resinifica el antiguo mercado.

Complementariamente, para re-estructurar las dispersas relaciones urbanas, a la manera de las composiciones suprematistas de Malevih, se unifican los pavimentos en una única y gran superficie-plaza continua en la cual se disponen geométricamente algunos acentos tensionados. En el in-between Fun Fun, conformado, a la manera de la casa Fisher de Louis Kahn, por dos cuadrados colisionados por un vértice, uno alineado a la geometría del mercado y el otro a la geometría del teatro Solis, evidencia e intenta resolver el conflicto entre las dos tramas de la ciudad.

Proyecto: Arq. Fernando De Rossa y Arq. Pedro Livni
Colaboradores: Federico Lapeyre, Federico Mira