Nuestra propuesta condensó la máxima área edificable permitida por la normativa en un único bloque longitudinal que se eleva sobre el nivel del suelo. Este bloque se dimensionó a partir del ancho óptimo que las unidades de vivienda requerían, logrando que la barra resultante ocupe la menor porción posible en el frente del terreno.

Esta  barra compacta se implantó descentrada en relación al eje longitudinal del predio recostándose a la medianera sur. En contrapartida el edificio gana aire en relación a la medianera norte, generando un jardín pasante que abarca toda la longitud mayor del predio.
Este espacio funciona como un pulmón verde que permite el asoleamiento total de la fachada norte a la cual se abren las áreas de relación de las distintas unidades de vivienda y nos proporciona a través de él, un primer filtro con los bloques del predio vecino.

La resolución de la fachada del edificio se concibe como un segundo filtro, cada bandeja de los distintos pisos posee un perímetro vegetal que proporciona intimidad y frescura al interior de cada espacio de la vivienda.

Adicionalmente existe un tercer filtro proporcionado por una serie de parasoles retractiles de tela traslucida blanca que al ser operado por los distintos usuarios de las unidades generara distintas variaciones de apertura de los mismos, configurando distintas precepciones en la materialidad del conjunto.

Coordinación general y Proyecto: Arq. Nicolás Guerra y Arq. Fernando De Rossa
Renders: Federico Lapeyre