En primer término el proyecto del edificio destinado a alojar la Fundación Rosa Luxemburgo apela a la construcción del solido capaz que habilita la normativa del solar. Un prisma que en relación a las diferentes tensiones del contexto y las distintas necesidades programáticas incorpora pequeñas variaciones que lo alejan de la condición genérica y le permiten responder al complejo contexto urbano, a la vez que le brindan al edificio el carácter representativo asociado a su destino.

El particular emplazamiento exento con frente a Straße der Pariser Kommune se encuentra tensionado de forma diversa sobre cada uno de sus lados. Enfrentado al solar y cruzando la calle se encuentra el Dienstgebäude Bundespolizei y la estación de trenes Ostbahnhof. El lado norte, en las cotas inferiores, se encuentra obstruido por las vías elevadas del tren que confluyen en la estación. Sobre la parte posterior la fundación debe dialogar con la proximidad del edificio patrimonial de la “Historischer Postbahnhof”. Y finalmente, sobre la cara sur y en dirección al Spree, se encuentra el sector de mayor apertura debido a la previsión de una futura plaza.

Asumiendo las diversas tensiones del contexto la plata baja del edificio se retranquea  abriéndose sobre el lado frontal y el lado sur.  De esta manera se genera una galería techada en forma de L, que sobre el frente que da a la Straße der Pariser Kommune acoge el acceso principal y sobre el lado sur prolonga el espacio de la plaza a través de la galería al interior de la fundación.

La planta baja de acceso y el primer nivel que condensa mayormente el sector para eventos, así como el nivel superior destinado a biblioteca y archivos, se destinan a los programas más públicos que debe acoger la fundación.

El cuerpo intermedio se compone por una sucesión repetitiva de planta libre que permite una gran flexibilidad para la organización de los espacios de trabajo.  Admitiendo la configuración compartimentada sugerida en las bases del concurso, así como la libertad de posibilidades que brinda la disposición de los espacios de trabajo a modo de burolandschaft.

Al centro el edificio es ahuecado para construir un espacio a múltiples alturas que vincula todos los niveles. Este espacio es ocupado por una escalera en espiral que va desde la planta baja a la cubierta estableciendo un itinerario común y colectivo que intensifica las relaciones y el intercambio entre los diferentes usuarios de la fundación. Asimismo, sobre los diferentes lados del edificio, se van incorporando terrazas que se alternan en los diferentes niveles y que funcionan como complemento del espacio común a modo de espacios reunitivos, a la vez que se convierten en miradores que posibilitan las vistas lejanas.